Darío Grandinetti

Darío Grandinetti es uno de esos actores que no me eran desconocidos, al menos en lo que se refiere a la identificación de su imagen, pero que hasta que no participó en la película Hable con Ella no se hizo con un hueco en mi mente calenturienta. Almodóvar dijo por entonces que lo había elegido para su película por su apariencia de macho y porque su nariz le llamaba poderosamente la atención. Lástima que el director español no haya contado con él para otros proyectos.

Darío Grandinetti, con esos ojillos pequeños y vivarachos, tiene cara de pillo, de sinvergüenza, al mismo tiempo que me imagino que debe ser un tipo bonachón.

Cuando se frota las manos

Cuando lo veo aparecer por el pasillo frotándose las manos, y con esa medio sonrisa, sé perfectamente lo que quiere. El aire se impregna del olor de la crema hidratante con la que ha suavizado sus manos; esas manos que se aferrarán a mi polla para pelármela con fuerza, sin descanso, hasta que me corra de gusto.

Pantalones de algodón

Me da mucha pereza realizar ejercicio, sin embargo no quito ojo a aquellos que lo practican, sobre todo si visten pantalones de algodón; esos pantalones anchos, sin costuras, pero que cuando se pegan a la piel marcan y definen cualquier forma. Tremendos paquetes se aprecian bajo estas telas, paquetes que dan ganas de magrear; tan blanditos, tan grandes, tan al alcance de la mano.

Esa entrepierna descuidada

La mayoría de los hombres que aparecen más abajo no me gustan, sin embargo aparecen aquí porque me excita sobremanera la postura en la que posan y en la que parece que en cualquier momento una polla o un huevo flácido se va a descolgar por el pernil del pantalón.

Y es que no hay una cosa que me ponga más que unos buenos cojones maduros y colgantes.

Mi abuelo

Una de mis fantasías sexuales no cumplidas es la de haberme iniciado en el sexo de manos de mi abuelo. Cómo añoro haber tenido un abuelo cariñoso, cachas, de esos con barbas blancas que acariciar.

Me imagino a los dos sentados en el sofá del salón de casa, viendo películas porno juntos, haciéndonos pajas juntos. Y, por supuesto, me hubiese dejado follar por mi abuelo. No hay nada como la polla de un hombre con experiencia, que además de pasión pueda ofrecerte cariño.

Bruce Willis

Al principio, cuando aquella serie llamada Luz de Luna, no me gustaba nada Bruce Willis. Fue con el paso del tiempo, conforme fue haciéndose madurito y convirtiéndose en un actor cachas de película de acción, cuando empezó a gustarme. Me encanta cuando aparece sin afeitar y con cicatrices, aunque ficticias, en la cara. Creo que Bruce Willis va a ser un viejito bastante atractivo.

El bigotes

Vaya paquete que gasta el bigotes. Menudos huevazos debe de tener ahí debajo.

Ex militar

Me estás provocando para que te baje el pantalón y te folle ese culo calvo.